Uno de los principales puntos de venta de la Moto X cuando debutó era que el teléfono estaba completamente hecha en Estados Unidos. Motorola, en previsión de la próxima teléfono, creó una planta en Texas con el propósito de fabricar su smartphone insignia.

Bueno operaciones en la planta han disminuido drásticamente; en un momento de la instalación estaba tarareando con 4000 empleados, y en la actualidad sólo alberga 700 abejas obreras.

La filosofía de Motorola tras montar el teléfono en territorio de EE.UU. fue que la compañía podría ahorrar dinero en costos de envío y enviar sus dispositivos a los consumidores más rápido. Funcionó, en teoría por un tiempo. Ellos lograban producir 100K Moto X cada semana, que a su vez, les ayudó a fijar el precio del dispositivo de forma más agresiva. Sin embargo, parece que no fue suficiente para mantener la fabricación dentro de los EE.UU..

Otro factor podría ser la adquisición de Motorola de Lenovo. Lenovo es una compañía con sede en China, después de todo, así que puede que no sea una coincidencia que la planta de Texas se cerrará a finales de este año.